miércoles, junio 27, 2012

Roma, del paganismo al cristianismo



Roma, del paganismo al cristianismo
Fernando Álvarez Balbuena
Editorial Akrón. ¿Quiere saber más? #12
Astorga, León, 2010


Publicado por la Editorial Akrón dentro de su colección ¿Quiere saber más? este ensayo del politólogo, investigador, escritor y poeta asturiano Fernando Álvarez Balbuena, es fundamental para comprender los mecanismos espirituales, intelectuales y morales que componen ese dinamismo llamado Europa. 
Roma, del paganismo al cristianismo brinda una lúcida mirada sobre la religión romana y su profunda relación con el estado, devenida en ética y en proyecto de nación.

Abundante en detalles exquisitos -la erudición del autor en lo que atañe a la cultura romana es puntual e ilustrativa, nunca pedante- el texto otorga generoso al lector un conocimiento redondo de la religión autóctona de los antiguos romanos, su creencia en los numina o poderes, el encuentro con el panteón etrusco y con el Olimpo griego, el advenimiento del estoicismo y el cinismo y la marea constante y segura del cristianismo, primero perseguido, después perseguidor del paganismo.

Incisivo, el autor no quema incienso en el ara de lo políticamente correcto y alerta sobre el error conceptual de juzgar la conducta de los antiguos con criterios modernos. Habla de las grandes personalidades romanas -Cicerón, César, Pompeyo, Séneca, Constantino, Teodosio- con una desenvoltura que acusa su profundo conocimiento, su fidelidad de años a la cultura romana, su amor por el latín y por esa estatuaria humana que el estudio del derecho y del lenguaje, la apetencia de ley y de sentido cinceló en varias generaciones de romanos y que se constituyó en la herencia de Europa.

Fernando Álvarez Balbuena
Leído desde América, el ensayo de Fernando suscita nuevas resonancias y apetece diálogos nuevos. En una entrevista*, el autor cita a Ortega y Gasset, cuando este destaca en el pensamiento romano "su enorme proceso de incorporación". Esta inclusión que obedecía a su espíritu práctico, pervive a través de los siglos y signa gran parte de la actividad de los humanistas españoles que trataron de comprender las culturas mesoamericanas. La incorporación que ellos realizaron de la sabiduría nativa al escanciarla al castellano, al establecer paralelos entre los dioses aztecas con los romanos, al relacionar el concepto nahua del Señor que se inventa a sí mismo con la intuición aristotélica de una divinidad única y esencial se comportaron y pensaron como solamente lo mejor de la herencia romana puede comportarse y pensar.

Roma, del paganismo al cristianismo es un texto con el que se puede hablar en voz alta, diferir y coincidir, en ese ritmo de amistad intelectual entre el autor y el lector que salvando épocas y togas, siglos y levitas, fue el sello de Cicerón y de Séneca, de Ortega y de Unamuno.  Cives romanus sum, aspiramos al cerrar las tapas del libro de Fernando Álvarez Balbuena, cuya lectura nos ha deparado profundidad y horizonte. (María García Esperón)

(Sin Roma y sin Cristo es mposible entender Europa y el mundo en que vivimos. La Nueva España, 21 de febrero 2011)

martes, junio 05, 2012

Miser Catulle


Miser Catulle, desinas ineptire,
et quos vides perisse perditum ducas.
Fulsere quondam candidi tibi soles,
cum ventitabas quo puella ducebat
amata nobis quantum amabitur nulla.
Ibi qua multa tum iocosa fiebant,
quae tu volebas nec puella nolebat.
Fulsere vere candidi tibi soles.
Nun illa iam non vult: tu quoque impotens noli,
nec quae fugit sectare, nec miser vive,
sed obstinata mente perfer, obdura.
Vale, puella. Iam Catullus obdurat,
nec te requiret nec rogabit invitam:
at tu dolebis, cum rogaberis nulla,
scelesta, vae te, quae tibi manet vita?
Quis nunc te adibit? Cui videberis bella?
Quem nunc amabis? Cuius esse diceris?
Quem basiabis? Cui labella mordebis?
At tu, Catulle, destinatus obdura.

Pobre Catulo, deja de hacer simplezas,
y lo que ves que ha muerto ten por perdido.
Lúcidos soles te brillaron por día,
cuando ibas donde te llevaba la niña
que amamos cuanto ninguna será amada.
Allí esas muchas fiestas se hacían entonces,
que tú querías y la niña no odiaba.
Lúcidos soles, en verdad, te brillaron.
Ella hoy no quiere ya; tú no quieras, débil,
ni a la que huye persigas, ni pobre vivas;
pero con mente firme resiste, aguántate.
Adiós, la niña. Ya Catulo se aguanta,
ni ha de pedirte ni rogar si te opones.
Mas sufrirás tú, cuando no seas rogada.
¡Ay de ti infame! ¿Qué vida a ti te queda?
Hoy, ¿quién irá a ti? ¿Quién te verá bonita?
¿A quién, hoy, amarás? ¿De quién se dirá que eres?
¿A quién besarás? ¿A quién morderle la boquita?
Pero, Catulo, tú decidido aguántate.


Versión de Rubén Bonifaz Nuño

domingo, junio 03, 2012

El anillo de César en Cultura Clasica. com



Cultura Clásica . Com, el primer portal del mundo grecolatino en español ha incluido en su apartado Libros y Publicaciones (novela histórica, libros de arqueología) mi novela El anillo de César, publicada en Ediciones El Naranjo con ilustraciones de Sr. No quiero. (MGE)

El anillo de César